Que te despiertes un día y tu vida haya sufrido un cambio de 360 grados, es lo que vivimos las personas con una ostomía; en mi caso, como consecuencia de una agresiva colitis ulcerosa diagnosticada a mis 20 años que jamás me hizo pensar que tendría que compartir mi vida con una bolsa adherida al abdomen. Una bolsa de ostomía que durante mucho tiempo he querido y detestado a partes iguales pero con la que sabía que estaba obligada a entenderme.

Me llamo Gloria, nacía en Sevilla y hasta mis 29 años, mi vida fue igual que la de cualquier otra persona joven: familia, amigos, diversión, estudios, viajes, amor… Sin embargo, ese año, tras una intervención de urgencia, el estoma se convertiría en mi compañera de vida, inicialmente de forma temporal y desde hace 6 años, de forma permanente, en calidad de ostomía.

En España somos más de 100,000 personas las que estamos unidas a un estoma y aunque es indudable que la bolsa de ostomía es vida, también lo es el que es una realidad dura de aceptar y un camino arduo que recorrer.

La aceptación física de la nueva situación es un proceso por el que todos pasamos.  Las dudas, miedos e incertidumbres se convierten en compañeros de viajes tras la cirugía de ostomía.

Creo que muchas personas ostomizadas, hemos podido sentir lo mismo. En un primer momento, cuando aún te encuentras en el hospital, no eres aún muy consciente de tu nueva situación. Te sientes protegido y atendido en todo momento por los médicos y personal de enfermería. Tu nueva situación la sientes aún lejana y desconoces como será tu convivencia con tu bolsa de ostomía.

Sin embargo, te dan el alta hospitalaria y vuelves a casa. Llegan los primeros días de “contacto” con tu estoma. Solos y sin intermediarios. En ese momento comienzan los altos y bajos, los días de frustración, de impotencia, de miedos: que dispositivo te va mejor, que debes comer, que puedo hacer y que no, podré estar íntimamente con alguien , el cambio en tu imagen que puede resultar devastador y sin duda, uno de los mayores temores de un ostomizado, el de las fugas. Solo una persona con una bolsa de ostomía puede llegar a entender el estrés e incertidumbre que esta situación puede causar.

Tranquilo, no te preocupes. A pesar de haber vivido momentos tristes, de ansiedad y de frustración, llegará esa otra fase, en la que pasas de ser enfermo a ser de nuevo una persona sana. En ocasiones, para llegar a esta fase será necesario tener ayuda, tanto de profesionales como de tu familia. No te niegues ese apoyo y cariño que todos necesitamos en los momentos de adaptación a la nueva situación.

La estabilidad y tranquilidad entrarán en tu vida y de nuevo te sentirás completo, recuperarás tu confianza en ti y te darás cuenta de que, el tiempo que antes invertías pensando en las preocupaciones que tu bolsa de ostomía te producían, ahora lo inviertes pensando en hacer tus actividades y tus rutinas diarias. Habrás normalizado tu situación y tu bolsa de ostomía estará perfectamente integrada en tu cotidianidad.

La bolsa de ostomía es la mejor opción que tienes para dar paso a otra maravillosa etapa vital que te espera tras los duros momentos anteriores.

En las siguientes páginas, vamos a hacer recomendaciones sobre que es una ostomía y todo lo supone en la vida de un ostomizado. Trataremos de responder a muchas de tus preguntas sobre la ostomía y ofreceremos consejos o recomendaciones para manejar mejor la nueva situación y afrontar lo mejor posible la adaptación a la nueva situación.

La información que aquí se presenta no pretende ser un sustituto de la consulta médica con tu equipo médico. Cada caso es distinto para cada paciente y por ello es siempre importante consultar con tu médico y/o tu estomaterapeuta. Ellos mejor que nadie sabrán solucionar tus dudas de forma satisfactoria.

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